Gianluigi Landoni es un destacado diseñador industrial italiano con una sólida trayectoria en el diseño de productos y mobiliario contemporáneo. Graduado en Arquitectura por el Politécnico de Milán, comenzó su carrera en los años ochenta con un fuerte enfoque en la experimentación tecnológica y la innovación formal, participando en la fundación del colectivo Amalgama.
Tras su paso como project manager en el estudio de Rodolfo Bonetto, fue socio en Progetica Design, donde profundizó en la investigación aplicada al diseño industrial. En paralelo, ha trabajado como consultor para importantes empresas internacionales, desarrollando productos que se distinguen por su precisión conceptual, calidad constructiva y sensibilidad estética.
Junto a Rosaria Sofia Galli fundó ALTROdesign, un estudio multidisciplinario desde el cual aborda proyectos que van desde el mobiliario hasta el diseño de interiores para los sectores hotelero y comercial. Su trabajo ha sido reconocido con premios como el Compasso d’Oro y el primer premio ADI/Expo 2015.
Entrevista a Gianluigi Landoni
¿Qué le llevó a convertirse en diseñador de producto y de mobiliario para el hogar?
Quería ser arquitecto, pero los proyectos que llegaban estaban todos relacionados con el mobiliario. Además, ser arquitecto en aquella época era realmente complicado. El diseño se convirtió en una elección natural.
Según usted, ¿qué características debe tener un proyecto para convertirse en un verdadero éxito?
Una estética fuerte, en sintonía con el presente. Una construcción sólida. Y un precio coherente. Si falta una de estas tres cosas, no funciona.

De todos los productos que ha diseñado, ¿de cuál se siente más orgulloso?
Grandeod para Sovet es uno de los últimos a los que tengo mucho cariño. Pero también la serie Blade para Boffi sigue siendo un referente.

¿De dónde saca inspiración? ¿Dónde encuentra sus ideas?
El diseño nunca ha sido un fenómeno aislado. Siempre es parte de la cultura industrial y social. Observación, contexto y diálogo entre tradición e innovación son la base de mi trabajo.

Su trabajo abarca desde el diseño de producto hasta proyectos para el sector hotelero y comercial. ¿Cuáles son los desafíos o libertades que encuentra al diseñar para contextos tan distintos?
El verdadero desafío es hacer proyectos válidos con presupuestos cada vez más ajustados. La libertad de diseño muchas veces es una ilusión: hay muchas limitaciones, casi siempre económicas.
¿Cómo es un día típico de trabajo para usted?
No existe un día típico. Pero siempre comienza con un buen espresso.

¿Cuál cree que será el objeto que representará esta temporada?
El sofá modular. Es una reflexión sobre los nuevos espacios domésticos y la flexibilidad de uso. Funciona bien porque se adapta a todo.
¿Cómo ve el futuro del diseño de mobiliario?
Confuso. Demasiada moda, poca sustancia. Y mucho narcisismo.
¿Hay alguien con quien le gustaría colaborar?
Varios. Pero sobre todo, Vitra.

ALTROdesign, el estudio que fundó junto a Rosaria Sofia Galli, se define como multidisciplinar ¿Cómo logran integrar diferentes lenguajes de diseño manteniendo una identidad coherente?
Con el trabajo diario. La identidad no se construye con palabras, sino con los proyectos, uno tras otro.
Si no hubiera sido diseñador, ¿qué cree que habría hecho?
Artista. Pero con la misma inquietud proyectual.
Para conocerlo mejor
Un color: Negro.
Un material: Metal.
Un diseñador que admira: Antonio Citterio.
Un objeto que lo inspira: El lápiz.
Su rincón favorito de la casa: Simplemente, el sofá.
Un lugar en el que le gustaría vivir: En cualquier sitio tranquilo… pero efervescente.
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Transcripción de la entrevista original en italiano
Cosa l’ha spinta a diventare designer di prodotto e di arredamento per la casa?
Volevo fare l’architetto, ma i progetti che arrivavano erano tutti legati all’arredo. Poi, fare l’architetto all’epoca era davvero complicato. Il design è diventato una scelta naturale.
Secondo lei, quali caratteristiche deve avere un progetto per diventare un vero successo?
Un’estetica forte, in sintonia col presente. Costruzione solida. E un prezzo coerente. Se manca uno di questi tre, non funziona.
Tra tutti i prodotti che ha disegnato, qual è quello di cui si sente più orgoglioso?
Grandeod per Sovet è uno degli ultimi a cui tengo molto. Ma anche la serie Blade per Boffi resta un punto fermo.
Da cosa trae ispirazione? Dove trova le sue idee?
Il design non è mai stato un fenomeno isolato. È sempre parte della cultura industriale e sociale. Osservazione, contesto e dialogo tra tradizione e innovazione sono alla base del mio lavoro.
Il suo lavoro spazia dal product design ai progetti per il settore alberghiero e commerciale. Quali sono le sfide o le libertà che incontra nel progettare per contesti così diversi?
La vera sfida è fare progetti validi con budget sempre più compressi. La libertà progettuale spesso è un’illusione: i vincoli sono tanti, quasi sempre economici.
Com’è una sua giornata tipo di lavoro?
Non esiste una giornata tipo. Ma inizia sempre con un buon espresso.
Secondo lei, qual è l’oggetto che rappresenterà questa stagione?
Il divano modulare. Riflessione sui nuovi spazi domestici e flessibilità d’uso. Funziona bene perché si adatta a tutto.
Come vede il futuro del design d’arredo?
Confuso. Troppo moda, poca sostanza. E molta autoreferenzialità.
C’è qualcuno con cui le piacerebbe collaborare?
Diverse. Una su tutte Vitra.
ALTROdesign, lo studio che ha fondato insieme a Rosaria Sofia Galli, è definito multidisciplinare. Come riuscite a integrare linguaggi progettuali diversi mantenendo un’identità coerente?
Con il lavoro quotidiano. L’identità non si costruisce con le parole, ma con i progetti, uno dopo l’altro.
Se non fosse diventato designer, cosa pensa che avrebbe fatto?
L’artista. Ma con la stessa inquietudine progettuale.
Per conoscerla meglio
Un colore: Nero
Un materiale: Metallo
Un designer che ammira: Antonio Citterio
Un oggetto che la ispira: La matita
Il suo angolo preferito della casa: banalmente il Divano
Un luogo in cui vorrebbe vivere: in qualsiasi luogo tranquillo….ma effervescente